Prefiero perder como hombre a ganar como...

No puedo estar conforme con una derrota. Me he tomado unas cuantas horas en escribir, porque, de verdad, me cuesta entender como perdimos frente a un equipo tan frágil como Blanco y Negro. Simplemente no estoy de acuerdo con eso de que "hubo un tiempo para cada equipo" que con tanta propiedad plantean los "académicos del fútbol".

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Futbolísticamente hablando el primer tiempo tuvo tres períodos muy claros. El primero de ellos fueron los 15 minutos iniciales, donde ambos equipos se preocuparon más de contener, de estudiar y de destruir. Salvo una llegada bastante débil de Millar no hubo riesgo y, en realidad, era de esperar que así fuese, porque la importancia de lo que se jugaba hacía presagiar un comienzo lento y trabado.

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El problema para la UC vino después del primer gol de Blanco y Negro. Primero que todo seamos claros con nosotros mismos: pocas veces había visto a la defensa tan desorientada, pero la "suerte" (porque eso no es calidad) de Suazo hizo que un tirito insignificante se transformase en una habilitación que a todas luces fue error nuestro y no virtud de ellos.
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Pero bueno, los goles se hacen y no se merecen, así que no hay nada que discutir, pero lo que me pareció enervante fue la actitud del equipo en los 15 minutos siguientes. La falta de respuesta en ese periodo de tiempo fue realmente preocupante. Sin lugar a dudas fue el peor momento de la UC en la cancha y eso se tradujo en el segundo gol indígena. Nuevamente un error GROSERO de la defensa permitió que Suazo hiciera su pega... punto, no hay mucho que decir.

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Sin embargo el último cuarto de hora la UC empezó a despertar, especialmente con la fuerza del "Bichi" que, el día de ayer, me convenció plenamente. Creo que desde el remate de distancia del "Bichi", Católica empezó a entender que los palitroques albos (salvo el colombiano, Suazo y Vidal) eran malísimos. De hecho fueron a los menos 3 llegadas claras que no supimos cambiar por gol: El remate del Bichi, el "casi" autogol de Villaroel y esa combinación entre el Bichi y el Guti que aún no me explico qué paso.

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Desde mi punto de vista, creo que la gran diferencia en el primer tiempo fue la efectividad; ellos tubieron dos y las aprovecharon y nosotros tres y las desperdiciamos. Resultado: 2 - 0

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La historia del segundo tiempo fue distinta, pero tampoco fueron 45 minutos 100% cruzados como dice la prensa. La UC no empezó como una aplanadora, aún cuando así lo esperaba y se demoró aproximandamente 15 minutos en comenzar a inclinar la cancha a nuestro favor. Pero de todas formas el predominio cruzado fue evidente; es cosa de contar cuantas veces los jugadores de Blanco y Negro inquietaron al Tati: Dos o, mejor dicho, una y media, porque la llegada de Suazo fue un chiste.

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Ayer sentí por primera vez de manera evidente el significado de las frases que semanalmente solía decir el Chemo: "generamos muchas llegadas con posibilidad de gol, pero convertímos pocas". De verdad, yo no le puedo echar la culpa al Guti por el palo o al indio Mena por sacar dos veces la pelota de la línea... hay cosas que simplemente no se pueden entender.

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Pero también hay que reconocer que el rival también jugó... ratonílmente, como siempre, pero jugó. Lucho Pato fue anulado casi todo el partido impidiendo que Católica genere el fútbol que a todos nos gusta. Acevedo y Zenteno fueron muy inocentes y en partidos como este, la inocencia no sirve. Pero de todos, al que más fe le tenía y que me dejó con más rabia fue el "Pitbull". Yo se que es joven y que a veces pega más de lo necesario, pero durante los minutos que estuvo no lo vi con ese temple que marca la diferencia entre quienes pegan y quienes saben pegar.

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El tema de los incidentes... en realidad me importa poco quién dijo qué y quién pegó primero. La violencia no tiene que estar presente en el deporte, porque a la larga, cruzados, chunchos o indios, somos todos chilenos, así de simple. La rivalidad la entiendo y siento que es un condimento vital para todos quienes nos declaramos amantes del fútbol, pero la violencia es otra cosa y, lamentablemente, al final acapara un protagonismo absurdo y desproporcionado. Es cosa de ver la portada de algunos diarios...

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Pero, de que la prepotencia y arrogancia de los jugadores de Blanco y Negro, encarnada y personificada en Arturo Sanhueza, incita a pegar un buen combo en el hoci... eso es igualmente cierto, comprensible, pero no justificable.

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Pero bueno... La historia dirá que perdimos y la prensa volverá a hablar de "arrugones" o "cagones", pero el verdadero roedor eran aquellos que jugaron permanentemente colgados del travesaño y haciendo tiempo en su propia cancha. El olor a mierda que se sentió en el estadio ayer fue, en realidad, producto de la colocolítis generalizada que cundió entre los jugadores, cuerpo técnico e hinchas de Blanco y Negro, que al final terminaron haciendo tiempo y brindando un patético ejemplo de "coraje". Simplemente fueron un rival miserable, sin orgullo deportivo, que terminó demostrando porqué son simplemente un equipo farándula... un equipo reallity.

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A nosotros, en cambio, no nos queda más que levantar cabeza y no dejarse llevar por la frustración, porque la pasión del hincha no se acaba por una derrota. Nosotros, los cruzados de verdad, siempre hemos estado presentes cuando el equipo nos necesita y el próximo fin de semana volveremos a San Carlos y haremos del partido contra Melipilla un verdadero carnaval.

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Prefiero perder como hombre a ganar como un cagón!